El western es un género que vivió una etapa de oro cuando estaba de moda el spaghetti western capitaneado por Sergio Leone y su Trilogía del dolar. Años después se perdió la moda de dicho género y las películas que se hacían no estaban a la altura de las circunstancias. En los años noventa Kevin Costner con Bailando con Lobos y Clint Eastwood con Sin Perdón parecía que le volvían a dar la fama y el respeto que el western merecía pero fue en vano, ya que no gozó de demasiada popularidad. Es ahora cuando parece que el género está un poco más de moda con películas que le devuelven el respeto al celuloide, y por eso hablamos de esta película, una mezcla que a priori parece extraña y bizarra pero que es un producto solvente, con un reparto bastante inspirado y una puesta en escena muy competente para ser una ópera prima. Bienvenidos a Bone Tomahawk
SINOPSIS
A la localidad de Bright Hope llega un forastero que rápidamente
despierta las sospechas del sheriff (Kurt Russell), que termina por
arrestarlo tras una disputa. Una mujer (Lili Simmons) decide cuidar del
preso, pero una noche ambos desaparecen. Siguiendo la única pista que
tiene, una flecha de una tribu caníbal, el sheriff buscará a la joven
con la ayuda de algunos hombres, entre ellos un vaquero (Patrick Wilson)
y un anciano (Richard Jenkins).
En los primeros minutos del film podemos hacernos una idea de que aquí, lo que vamos a ver va a ser polvo, desierto y mucha sangre. Lejos de andarse con chiquitas, Zahler logra crear gracias a su puesta en escena unas reglas que respetará al máximo, para luego ir aumentando la intensidad creando escenas bastante perturbadoras y desagradables. Pero antes de que podamos hablar del componente gore que tiene la película (y de eso tiene mucho) hay que destacar que la primera hora y media del film es un western con mayúsculas gracias sobre todo a un genial uso del scope que recuerda a films mas clásicos y recomendables (me viene a la mente Río Bravo de Howard Hawks, una de las primeras películas que vi con mi padre) pero que luego va degenerando mientras pasa los minutos. Podría decirse que es una mezcla de Centauros del desierto (unos hombres son los encargados de rescatar a una jovencita) con Las Colinas Tienen Ojos. Es este un film que se va recrudeciendo a cada minuto y eso se nota mucho en la atmósfera que al principio es brutalmente realista, hasta convertirse en una pesadilla infernal, con la guarida de los caníbales que son más listos de lo que parecen y atacan con una crueldad impasible. Que conste que la idea de la tribu caníbal no es una idea descabellada tal y como está planteado el film, ya que la posibilidad de que dicha tribu se fuera apartando de la civilización, aunque en un apunte racial, el hombre blanco no sabrá diferenciarlos de los nativos americanos. Es un apunte bastante interesante ya que a partir de ahí, los personajes se darán cuenta de que estos enemigos no son como los indios que conocen, ya que la forma de emboscar a sus victimas gracias a un peculiar silbato (todas las escenas en las que suena son muy tensas) y donde en su clímax final verán que su guarida no es mas que un descenso a los infiernos tan brutal en el que solo se puede salir utilizando la violencia. Y es ahí, a la hora de mostrar la violencia donde el director no se corta en absoluto, mostrando escenas desagradables sin ningún tipo de tapujo (en concreto una escena en particular no apto para estómagos sensibles)
Todo lo que se logra en el metraje no podría ser posible sin tener un gran reparto en frente de la producción. Como protagonista tenemos a Kurt Russell que demuestra una vez más que a la hora de llevar la película sobre sus hombros, es uno de los mejores. No solo sabe darle ese punto de humanidad y cercanía al personaje, sino que a la hora de ponerse duro no dudará en dar caza a los villanos. Tanto Matthew Fox como Patrick Wilson cumplen perfectamente en sus roles, el primero como un duro pistolero siempre bien vestido que no vacila a la hora de disparar su revólver, mientras que el otro no duda en ir al rescate de su mujer, aunque tenga una incapacidad que le impida ser tan rápido como sus compañeros. Mención especial para Richard Jenkins, en el papel de ayudante del sheriff en un personaje afable, siempre con buenas palabras y dispuesto a ayudar en lo que sea. Pero el que sorprende es el desconocido director de la película, este S.Craig Zahler, que también es el compositor de la banda sonora, demostrando buena mano a la hora del montaje, y dando vida a la elipsis y al fuera de campo. Lo acompaña muy bien el director de fotografía, con texturas apagadas, casi decadentes incluso en secuencias de sol radiante, que combina muy bien con la parte final del film, donde todo está bañado de una extrema dureza.
En definitiva, un western de terror que sabe aprovechar todos los medios que tiene a su alcance, y eso que el presupuesto que tuvo fue bastante paupérrimo (1,8 millones de dolares de presupuesto, lo que básicamente es calderilla) con un gran cuarteto protagonista y unos villanos que dan autentico pavor. Es una gran muestra de que con poco dinero se pueden hacer grandes cosas, si se tiene talento y un buen guión en las manos. Muy recomendable.
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