SINOPSIS
Un tal Simon siembra el pánico en las calles de Nueva York haciendo explotar una serie de bombas y asegura que no dejará de hacerlo a menos que el agente John McClane acceda a jugar con él a un juego llamado "Simón dice". Con la ayuda de Zeus, un electricista de Harlem, el agente comienza una trepidante carrera para resolver las adivinanzas planteadas por el terrorista y, al mismo tiempo, para averiguar sus intenciones.
Decían dos de los grandes directores de cine del mundo, Billy Wilder y Alfred Hitchcock. El genio de Wilder decia que los mandamientos del séptimo arte siempre eran los mismos y se limitaban básicamente a: No aburrirás. Y el genio britanico que de cine también sabía mucho, decía que una película vale lo que vale su villano. Pues bien, esas dos cosas es lo que hace increíblemente bien esta película, en la que pone al héroe contra las cuerdas gran parte de la película hasta su enfrentamiento final. Esta secuela que no solo es la mejor de todas, tiene un argumento continuista con la primera parte(omite directamente los hechos de la segunda parte) y como sabe que ya no cuenta con el factor sorpresa de conocer los expeditivos métodos de Mcclane, decide ir con todo desde el primer minuto para empezar en la cumbre del Everest del entretenimiento y no bajar nunca. Gracias sobre todo a un guión que apuesta firmemente por el mas difícil todavía(empieza con una explosión descomunal, seguido de un paseo por Harlem, atajo por el parque, explosión en el metro con descarrilamiento y mucho mas)para no pararse jamas. Como no podía ser de otra forma Bruce Willis es John Mcclane, aunque esta vez presentado en baja forma, en una desconstrucción del personaje conforme las dos anteriores y un compañero improvisado interpretado de forma genial por Samuel L.Jackson, el dúo que forman los dos protagonistas es de lo mejor del film, no solo por la genial química que tienen los dos actores, sino por las escenas cómicas que nos regalaran a lo largo del film.
Si acabábamos hablando al final del primer párrafo de nuestros protagonistas, hay que alabar que tenga un villano a la altura de las circunstancias. Porque si el villano de la película original parecía insuperable(Alan Rickman demostrando por clase como debe ser un villano, básicamente porque Alan Rickman es la polla)Jeremy Irons se postula como el segundo mejor malvado de la saga, capaz de urdir pruebas para que nuestros protagonistas pongan a prueba su intelecto mientras se venga de Mcclane por algo relacionado con el Nakatomi Plaza de la primera entrega. Uno de los aciertos que tiene esta entrega es que si en las dos primeras entregas tenemos espacios reducidos(en la primera un edificio, en la segunda un aeropuerto) en esta tenemos toda la ciudad de Nueva York, que le da a la película un empaque de aupa y da la sensacion de urgencia a la trama, porque cualquier bomba puede estallar en cualquier momento(en sitios como un parque, donde tiene lugar la escena de los galones de agua) poniendo al limite a los protagonistas. Es desde luego una forma imaginativa de poner contra las cuerdas a Mcclane y también dejándolo mas expuesto, puesto que en una ciudad tiene mas posibilidades de caer en trampas(la escena del oleoducto y lo que ocurre después, o la escena del estadio de baseball) Quizá el único punto flojo es el climax final, aunque tengo que decir que me parece correcto, es un poco anticlimático y su resolución pedía a gritos algo mas épico entre el protagonista y su villano. Pero aun así, escuchar el mítico Yippie-kay.yay sigue siendo un gustazo y la mejor linea que ha dicho un héroe de acción.
En definitiva, una gran película de acción, la mejor de las secuelas de la saga que contiene momentos absolutamente memorables, gracias al dúo protagonista y a un villano a la altura de las circunstancias. Lastima que las otras dos que vendrían no están a la altura de las tres primeras(la cuarta es aceptable, mientras que la quinta es un bodrio absoluto). Gran cine con un protagonista inigualable, una película que si no han visto, ya están tardando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario