Uno de los grandes éxitos del
cine de terror de los últimos años fue una película de bajo presupuesto que se
fue alargando hacia una saga que a cada película que pasaba era peor. Hablamos
de Saw y de lo que significó para el género de terror, o lo que muchos llamaron
torture porn. La primera fue dirigida por James Wan que fue puliendo más su
estilo a la hora de rodar terror y aunque algunas de sus películas fueron
denostadas injustamente(silencio desde el mal) Hasta que llegó insidious y ese terror más clásico se fue apoderando
del cine de su director, junto con su secuela que no estuvo a la altura de las
circunstancias(aunque era bastante buena) Sin embargo cuando llegó Expediente
Warren(traducción ridícula del más sugerente The Conjuring original) el terror
hacia acto de presencia hasta niveles altísimos. Y ahora con la segunda parte,
podemos decir sin temor a equivocarnos, que es la mejor película de terror de
la última década. Bienvenidos a Expediente Warren: El caso Enfield
Secuela de la exitosa "Expediente Warren" (2013), que lleva de nuevo a
la pantalla otro caso real de los expedientes de los renombrados
demonólogos Ed y Lorraine Warren. En este caso ambos viajarán al norte
de Londres para ayudar a una madre soltera que tiene a su cargo cuatro
hijos y que vive sola con ellos en una casa plagada de espíritus
malignos.
Desde luego, cuando anunciaron la
segunda parte de Expediente Warren, y sabiendo más bien cómo funciona
Hollywood, mis temores se encendieron cuando pensaba que iban aprovechar el tirón
de la película, para hacer algo más convencional y sobre todo, peor que la primera. Pero he aquí, que para la
segunda parte decidieron mantener a los guionistas de la original y sobre todo
a Wan que desde luego es la pieza fundamental de este film. El director venia
de dirigir una superproducción como Fast & Furious 7 y la verdad es que
volver al género que le dio a conocer le ha venido de perlas. Muchos pueden
tachar que este tipo de películas son lentas, pero están totalmente
equivocados. Ya que esta segunda parte comienza en la ya conocida casa de
Amityville y que funciona como prólogo a lo que vamos a ver después. Estos
primeros minutos de película es lo mejor que se ha rodado nunca sobre este
caso, y eso que es algo que se despacha en 15 minutos y a tirar con el caso que
le da título a la película. Para empezar porque ya nos pone en situación sobre
el temible ente que va atormentar durante gran parte de la película a nuestra heroína
(la gran Vera Farmiga) y sobre todo porque el tema Amityville lo despacha de
una forma elegante para centrarse en la familia que las va a pasar canutas, y
con ellos, el espectador. Porque la familia Hodggins no deja de ser un calco de
cualquier otra familia que pasa penurias por culpa de la crisis (queda claro en
una conversación donde la madre de los niños dice que no pueden pagar el
alquiler) así que desde el principio ya tenemos algo con lo que empatizar con
ellos. Y desde luego cuando comienza la pesadilla para los protagonistas, lo
hace para el espectador, que vera, sobre todo en la primera hora una serie de
escenas, a cada cual mejor que la anterior, pero que tiene su culmen en la
brutal escena de la niña protagonista oyendo como alguien que no está ahí sube
por las escaleras o por(y lo voy a poner en mayúsculas) LA ESCENA donde
contemplaremos un brutal momento de terror entre Lorraine Warren y la
temible/tenebrosa presencia de ese ente vestido de monja que es absolutamente terrorífico
y que a más de uno le puede poner los pelos de punta
Por suerte para todos, cuando
pasa esa primera hora de película, tanto Wan como los guionistas deciden darnos
unos minutos de descanso (básicamente porque nadie podría aguantar esa tensión toda
la película) y lo que para muchos serian problemas de ritmo o algo similar, aquí
resulta algo fresco y refrescante porque nos tranquiliza como espectadores y
tranquiliza a los protagonistas. Y tiene que ver con la llegada de los Warren a
la casa, donde toman la primera muestra de contacto con la familia afectada por
los fenómenos paranormales. Gracias a un guion que se molesta en crear unas
relaciones amables y afectivas, como se puede ver en la escena en la que la
madre de familia le comenta a Ed Warren(un Patrick Wilson, en uno de esos
papeles que puede hacer con los ojos cerrados, pero que saca adelante con su
habitual carisma) y este decide que, al mal tiempo buena cara y empieza a tocar
la guitarra para que los niños estén más cómodos y se olviden un poco de la
pesadilla que están viviendo. Todo esto es una calma para prepararnos para el clímax
final, muy parecido al de la primera película, con los fenómenos desatados pero
aquí con más peligro para su protagonista, ya que sobrevuela sobre su vida un
peligro latente que su mujer intenta evitar a toda costa. Y Wan pone toda la
carne en el asador en esos últimos 20 minutos, dilatando el tiempo para
tenernos con la máxima tensión posible y lo consigue con todas las de la ley
En definitiva, lo que nos queda
es una gran película de terror, con unas escenas de quitarse el sombrero a la
hora de crear tensión y que nos deja instantes absolutamente memorables y desde
ya se puede decir, que Expediente Warren puede codearse perfectamente con las películas
más grandes del género y hace palidecer a cualquiera que intente imitar el
estilo de James Wan a la hora de crear terror. Peliculón mayúsculo
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