Unas críticas brutales, una fotografía deslumbrante, un
diseño de producción impresionante. Y sobre todo, una historia de terror que ha
encantado a todo el mundo. Por supuesto había la duda de si la película era
para tanto, y la verdad es que al verla uno se queda con una desazón
absolutamente pretendida por el film y en el que cuando llegan los créditos finales,
la sensación de malestar es bastante palpable. Todo ello aderezado con una dirección
absolutamente magistral, una ópera prima en la que todo cuento para crear un
cuento de terror malsano que cumple perfectamente su cometido. Bienvenidos a La
Bruja
Nueva Inglaterra en el año 1630. Una familia de colonos cristiana,
formada por un matrimonio y sus cinco hijos, vive cerca de un bosque
que, según las creencias populares, está controlado por un mal
sobrenatural. Cuando su hijo recién nacido desaparece y los cultivos no
crecen, los miembros de la familia se rebelan los unos contra los otros.
Más allá de sus peores temores, un mal sobrenatural les acecha en el
bosque cercano.
Quien espere encontrarse una película rutinaria de terror,
con multitud de sustos con grandes subidas de música para impactar al
espectador, esta desde luego no es su película. Porque La Bruja es una película
que se toma mucho tiempo en formar una ambientación y una historia que sepa
impactar, y ya desde ese primer momento donde desaparece él bebe (esto no es
spoiler, ya que aparece en el tráiler) vamos a ver toda una verdadera bajada a
los infiernos por parte de una familia que ve como absolutamente todo le va
superando conforme llegan los acontecimientos. Funciona por el simple hecho, de
que nosotros sabemos en todo momento cual es la auténtica amenazada que hay más
allá del bosque, y ellos al no saberlo, hace que aumente la tensión de forma
exponencial. Todo ello con un brillante diseño de producción que nos traslada a
esa Inglaterra de 1630, sino que la labor de dirección está perfecta, con
planos encuadrados al milímetro y que podrían funcionar propiamente como una
pequeña película dentro de otra mucho más grande. Y desde luego su director sabe
cómo tocar esa fibra sensible para perturbar al espectador (no hay más que ver
la primera aparición de la bruja a la que hace mención el título de la película)
para dejar mal cuerpo. La fotografía del film es absolutamente brillante dándole
unos matices fríos al exterior y cálidos al interior de la casa, pero conforme
pasan los minutos veremos cómo esa calidez va dando entrada al frio, dando a
entender que el mal está presente en la vida de nuestros protagonistas y no va
a salir de allí. Sobre todo gracias a sus actores que están todos excelentes,
sobre todo la hija mayor del matrimonio que ve como todos comienzan a ponerse
en su contra conforme pasan los acontecimientos sin que pueda hacer nada
Y aunque su ritmo lento, deja entrever el aire de cine
independiente que desde luego es, claro que hay partes de terror que dejan a
uno sin aliento. No solo la primera aparición de la bruja que es aterradora y
perturbadora, sino que la segunda aparición en el medio del bosque (que da la impresión
de que estamos viendo una versión de hansel y gretel terrorífico) funciona
porque coge elementos de aquí y allá, mientras la música va subiendo y el
espectador ya está aterrorizado por lo que está viendo. No acaba ahí las
escenas de terror, ya que hay otro momento y lo sabréis nada más verlo, que es terrorífico
y absolutamente malsano, y lo hace gracias a que el director desaparece y deja
que los actores hagan suya la escena y se apropien de ella. Es un momento en el
que la tensión es absolutamente palpable, donde la gran labor del niño
protagonista (niño de gran talento que hace un papelón, no quería acabar la crítica
sin recordarlo) Y como no hablar de ese clímax final, con esa aparición TERRORIFICA
de la que no se debería hablar más y sus consecuencias. Si bien deja preguntas
por responder porque deja cosas sin responder(todo eso del negro Philip, no
sabemos si ya está desde el principio o todo eso es por el devenir de los
acontecimientos) y sobre todo ese plano final que a más de uno puede dejarlo
trastocado, ya que aunque creo que las cosas quedan más o menos bien explicadas,
alguno puede sentirse confundido
En definitiva, lo que nos queda es una gran película de
terror, que sabe perfectamente como activar el mecanismo del miedo que todos
llevamos dentro sin abusar de golpes de efecto o sustos baratos. Esta película tira
más del miedo más primario y aunque su ritmo lento puede perder a más de un
espectador, creo que es imperativo que todo el mundo viera esta película y se
estremezca ante lo que ve en pantalla. Muy recomendable
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